Entré a la amplia sala de reuniones de la empresa que me había contratado para una consultoría y me senté cómodamente a esperar al Gerente de la empresa.
Se abrió la puerta y entró una señora de estatura mediana, muy sonriente, trayéndome una taza de café .
– Gracias, ¿Cómo te llamas ? -le dije, mientras recibía la taza con entusiasmo.
– María -respondió ella .
– ¿Cómo estás ? -dije yo amablemente.
– Contenta estoy -dijo sonriendo
– ¿Cómo estás ? -dije yo amablemente.
– Contenta estoy -dijo sonriendo
– Sí, te veo muy sonriente.
– Es que tengo mi casa, mi familia y mi trabajo. Tengo todo.
La miré en silencio, esperando que me siguiera contando y ella dijo orgullosa:
-Tengo a mi hijo, mi nieto y trabajo para que nada le falte a mi familia. Yo trabajo haciendo la limpieza y todos me quieren aquí en la empresa.
– ¿Eres feliz ?
– Sí -dijo ella con seguridad.
– Tienes una linda sonrisa pero veo en tu mirada una tristeza profunda.
Ella se quedó callada pensando, yo continué diciendo:
– Me has hablado de tu familia y tu trabajo pero no me has contado de tí, de tus sueños, tus aspiraciones….
Ella bajó la mirada y casi en un sollozo dijo :
– Para mí ya no hay nada .
– ¿Porqué lo dices ? -le pregunté con ternura.
– Yo quedé embarazada muy joven y decidí trabajar muy duro para sacar adelante a mi hijo. Pensé que cuando mi hijo tuviera 18 años yo podría dedicarme un poco a mí, pero cuando cumplió 18 embarazó a una chica y ahora estoy criando a mi nieto para que mi hijo pueda trabajar. Ahora cuando mi nieto tenga 18 recién podré dedicarme a mí -dijo ella casi llorando.
Guardé silencio un momento y luego le pregunté :
– ¿Quién te ha dicho que para ser mujer primero tienes que ser madre ? ¿Quién te ha dicho que primero hay que ser madre y luego hermana?
– Nadie – dijo ella
– ¿Cómo crees que debería ser ? -pregunté yo
– Todo al mismo tiempo .
– Entonces … ¿Cuándo vas a comenzara a pensar en tí?
– Ya para qué -dijo ella con resignación.
– ¿Qué querías hacer y no pudiste ?, ¿Qué es lo que te entristece ?
– Yo quería estudiar algo. ¡¡Aprender !!
– ¿Estudiar qué?
– Algo. Lo que sea .
– ¿Y por qué no lo intentas ahora ?
– ¡Pero trabajo todo el día ….. No podría! .
– También hay escuelas de noche.
– Pero tengo que atender a mis hijos en la noche
– También hay cursos por internet
– Pero estudiar es caro . Yo no tengo dinero.
– También hay becas .
– Pero …. ¿Por qué me las darían a mí ?
– ¿Y por qué no te las darían ? ¿Será que nunca las has pedido ?
Se abrió la puerta y entró el gerente. La señora se retiró sin hacer ruido .
El gerente me saludó amablemente y comenzó la reunión.
A la semana siguiente me tocó regresar a la misma oficina para hablar con el mismo gerente, y para mi alegría , entró la señora de la limpieza a la sala de reuniones con el cafecito y la sonrisa de siempre. Esta vez había algo diferente: ¡Ya no había tristeza en su mirada!
– ¡Hola, María! Te veo diferente. ¿Qué ha pasado ? -pregunté y ella respondió de inmediato con mucho entusiasmo :
– ¡Estoy muy contenta! El Gerente me llamó para pedirme que remplace a la secretaria en la hora del refrigerio. Yo le dije que con mucho gusto lo haría, pero no sé nada de computadoras, por lo que necesitaría aprender primero. Para mi sorpresa el gerente dijo que SÍ . Desde el lunes comienzan mis clases de COMPUTACIÓN y lo mejor de todo ….. en horario de trabajo . Es como un sueño hecho realidad.

Mientras ella seguía contándome los detalles de la conversación con su Gerente yo reflexionaba:
– ¿Cuántas veces no vemos posibilidades porque tenemos limitaciones en nuestra mente?. – ¿Cuántas veces el obstáculo para nuestro desarrollo somos nosotros mismos ? y me dije a mí mismo :