¿Te has puesto a pensar qué linda que es la palabra gracias?, qué bien se siente uno cuando nos la dicen y que linda suena y se escucha cuando la decimos.
Muchas veces andamos por la vida en modo piloto automático y decimos “gracias” en ese mismo modo, pero muchas otras lo hacemos realmente con la gran intención de agradecer.
También te puede pasar, como a mí, que estamos muy acostumbrados a agradecer las cosas buenas, los actos buenos, las buenas ondas.
Hoy te propongo que busques agradecer aquellas cosas que no te gustan y están en tu vida, esa persona que te hace la vida imposible… esa situación que ya no soportas más… eso que no cambia y te tortura… Ese YO que no es como quieres que sea…
¿Por qué deberías dar gracias a algo que te hace mal?
Hay situaciones a tu alrededor, que te están indicando algo, descubrirlo es parte tuya, agradecerlo te ayudará a mirar ese algo para hacerlo más consciente y responder en consecuencia.
¿Te animás a agradecer lo ingrato?, atrevéte!